Naftule Brandwein (1889-1963) nació en la pequeña ciudad de Przemyslany (cerca de Lvov), en la Galitzia austriaca, región que pasó a formar parte de Polonia en 1918. Su padre, Pesakh Brandwein, era badkhn (animador de bodas), violinista y director de su kapelye (orquesta familiar), que viajaba por toda Galicia oriental. Naftule fue uno de los 14 hijos que su padre tuvo con cuatro esposas diferentes. Tuvo nueve hermanos y cuatro hermanas, incluida Henrietta, su hermana gemela. En 1919, todos sus hermanos, excepto dos, emigraron a Estados Unidos. Los dos hermanos que permanecieron en el país fueron el mayor, Eli, y el menor, Tzvi-Hirsch (ambos fueron asesinados posteriormente por los nazis). El hijo de Tzvi-Hirsch, Leopold Kozlowski, ha sido un líder en la resurrección del klezmer en Europa Central y del Este desde 1990.
Brandwein se puede escuchar en muchas grabaciones clásicas en yiddish de la época dorada de la música folclórica yiddish (1915-1935), especialmente las de Abe Schwartz (1881-1960). En el fondo de estas grabaciones, se puede escuchar al increíble virtuoso Naftule Brandwein tocando su clarinete en mi bemol.
Una de las últimas grabaciones producidas por Schwartz en las que participó el clarinetista fue “Firn Di Mekhutonim Aheym” (“Bringing the In-Laws Home”). Esta gasn nign (canción callejera), con su continuo sostenuto y su solo de clarinete legato, pone de manifiesto todo el increíble talento de Brandwein. Sus improvisaciones, sus digitaciones, sus escalas rápidas, su control de su respiración, sus glissando y sus knaytches hacen que esta sea una de sus grabaciones más escuchadas, y tocadas, de los años del renacimiento klezmer durante la década de 1980. Esto es especialmente cierto en el caso de las orquestas de renacimiento klezmer, que tocan el repertorio de los pequeños grupos de los años 20 y 30 en lugar del de los grandes conjuntos.
Brandwein era conocido, no sólo por su virtuosismo con el clarinete, sino también por su vida impetuosa y sin límites. Su vida era como su juego. Era un donjuán y un notorio bebedor, y se decía que si contratabas a Brandwein para una fiesta y querías que estuviera satisfecho y tocara toda la noche, lo único que tenías que hacer era proporcionarle suficiente alcohol y una mujer. También era conocido como el músico klezmer favorito de la Jewish Murder Gang Inc. Le encantaba dar sabor a sus apariciones en el escenario bajándose los pantalones o llevando un cartel de neón en el pecho que decía “The Naftule Brandwein Orchestra”, o con un disfraz de Tío Sam con brillantes luces navideñas con el que casi se electrocuta. Sus travesuras públicas y privadas le impidieron quedarse con una orquesta, ya que sus compañeros se hartaron pronto de su actitud. Sin embargo, era miembro habitual de la Joseph Cherniavsky Yiddish-American Jazz Band y de la Abe Schwartz Orchestra.
De 1922 a 1927, Brandwein realizó numerosas grabaciones y creó el sonido típico de los clarinetistas klezmer judíos estadounidenses en solitario. Luego dejó de grabar. Su estilo de vida perturbó su salud y sus relaciones con otros músicos, pero se mantuvo activo trabajando por cuenta propia en recepciones, bodas y fiestas en hoteles, especialmente en los del Cinturón de Borsht. Finalmente, en 1941, Brandwein volvió al estudio de grabación por última vez, bajo el nombre anglicista de “Nifty” Brandwein. Las grabaciones – “Klayne Princesin” (“Pequeña princesa”), “Naftule’s Freylekhs”, “Freylekher Yontef” (“Felices vacaciones”) y “Nifty’s Eygene” (“Lo que pertenece a Nifty”) – muestran la evolución de Brandwein durante sus 14 años de ausencia de los estudios. La mayoría de sus digitaciones rápidas y de sus glissandos ya no son la clave de sus grabaciones. En cambio, mostró un tono más tranquilo e más introspectivo.
Naftule ya no vivía para presenciar el renacimiento del interés por el klezmer desde mediados de los años 70. Sin embargo, su influencia no ha desaparecido: una nueva generación de músicos klezmer lo cita como su principal fuente de inspiración.
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