7 de diciembre de 2016, Centro Medem-Arbeter Ring
Conferencia filmada de Hervé Roten, en el Centro Medem, 7 de diciembre de 2016.
Misteriosas y cautivadoras, las músicas judías expresan el alma de un pueblo que pasó la mayor parte de su existencia en el exilio. Inicialmente, la música hebrea antigua tiene sus raíces en las músicas sumerias, babilónicas, asirias y egipcias. Entre el siglo 4 antes de J.-C. y el siglo I de nuestra era, Judea estuvo sujeta a la influencia cultural de las civilizaciones griegas y romanas, como atestiguan los nombres de instrumentos griegos que aparecen en el libro de Daniel.
Tras la destrucción del Templo (70 d.C.) y el inicio de la diáspora (130 d.C.), la sinagoga se convirtió en el centro de la vida judía. La transición del culto sacrificial a las oraciones apartó los instrumentos de música de la liturgia y estableció el canto como principal vector de la fe. Durante la segunda mitad del primer milenio aparecieron la poesía religiosa (piyyutim), la redacción de un sistema de cantilena bíblica (los te’amim) y la afirmación del papel del cantor (hazán) como portero de tradiciones locales (minhagim).
El segundo milenio sólo confirma el auge de una práctica musical rica y diversa. Así que la música tomó distancia del texto ; se emancipó y adquirió cierta autonomía. Durante la Edad Media y el Renacimiento, diversos escritos mencionaron la presencia de artistas o compositores judíos, cuya música – por falta de notación – no nos llegó. Habrá que esperar al siglo 16, y sobre todo a los siglos 18 y 19, para que aparezcan por fin las primeras anotaciones de músicas judías. A principios del siglo 20, algunas investigaciones etnográficas en Europa y África del Norte permitieron anotar ciertas músicas tradicionales judías y grabar retazos de tradiciones musicales que, para algunas, iban a desaparecer en los horrores del Holocausto.
Hoy en día el panorama musical judío está sujeto más que nunca a un proceso acelerado de evolución y de transformación.
Esa conferencia, ilustrada con muchos ejemplos sonoros y audiovisuales, permitirá recorrer 3.700 años de músicas judías…