por Violaine Anger
Bleu nuit éditeur, avril 2017, 176 p.
Nacido en Berlín en el seno de una familia judía acomodada, Giacomo Meyerbeer (1791-1864) da sus primeros conciertos públicos con sólo diez años. Aprende composición con Zeller y tiene como condiscípulo a Carl-Maria von Weber. Cuando va a Italia para perfeccionarse, italianiza su nombre de pila y obtiene su primer éxito en La Fenice de Venecia en 1824 con Il Crociato in Egitto.
Una vez instalado en París, crea Robert le Diable (1824), que, tras Fernand Cortez (1774-1851) de Spontini, sienta las bases de la Gran Ópera francesa, de la que el compositor será el mejor embajador en todo el mundo. El éxito se confirma cuatro años más tarde con el mismo libretista, Eugène Scribe, en Les Huguenots.
Nombrado director musical de la corte prusiana en Berlín, Meyerbeer nunca es reconocido por sus colegas alemanes. Vuelto para presentar Le Prophète (1849), muere en París antes del estreno de su última ópera, L’Africaine.
La autora
Violaine Anger es profesora en la Universidad de Evry Val-d’Essonne y profesora asociada en la Escuela Politécnica. Ha sido profesora de historia de la música en el Conservatorio Nacional Superior de Música (CNSM) de París.
Sus investigaciones se centran en la relación entre el lenguaje, la lengua y la música. Es autora de Sens de la musique (Presses de la rue d’Ulm, París, 2006), así como de numerosos artículos.
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Leer la biografía de Meyerbeer y sus composiciones de inspiración judía