Por Hervé Roten
El 21 de mayo de 1856, la conferencia de los grandes rabinos franceses, presidida por el Gran Rabí de Francia Salomon Ulmann (1806 – 1865), aprobó el uso del órgano en los templos consistoriales. Esa decisión fue objeto de un intenso debate entre los conservadores del judaísmo ortodoxo y los reformistas. El texto finalmente adoptado es claramente objeto de un compromiso: “La Conferencia, aunque lamenta la tendencia a acompañar las ceremonias religiosas con una pompa poco compatible con el carácter de simplicidad que distingue el culto hebraico, declara que desde un punto de vista doctrinal: se permite introducir el órgano en las sinagogas y hacerlo tocar, en los días de Sabbat y festividades, por un no israelita. Sin embargo, la instalación del órgano en las sinagogas sólo podrá realizarse con la autorización del Gran Rabí de la Circunscripción, a petición del rabino comunal competente.”[1]http://judaisme.sdv.fr/histoire/rabbins/sklein.htm, Salomon (Schlôme) Wolf KLEIN, Gran Rabí de Colmar y del Alto Rin (1814 – 1867) por Paul KLEIN (Moché Catane), Fragmento del Bulletin de nos … Lire la suite
Sin embargo, la publicación de esa decisión rabínica fue un triunfo para los defensores de la reforma del culto consistorial francés. Pero todo lo que hace es admitir una práctica que ya se aplicaba en un cierto número de templos israelitas desde hacía varios años.
A partir de ese momento, podemos plantear el cuestionamiento siguiente: ¿Por qué la introducción del órgano en el culto público fue objeto de tal controversia entre los rabinos y los creyentes?
I. Música y judaísmo
Para contestar a esa pregunta, hay que recordar la desconfianza secular de las autoridades rabínicas hacia la música. Según Maimonide (1135-1204), sólo se acepta la música al servicio de la oración[2]Maimonide (1135-1204), cuya actitud rigurosa hacia la música fue a menudo observada, modulaba en su famoso responsum su oposición a la música en los términos siguientes: “Prohibición de … Lire la suite. En la Antigüedad, la música – en particular instrumental – a menudo estuvo asociada con los cultos idolátricos. Sin embargo, los relatos bíblicos que describen el culto del período de los dos Templos le otorgan un lugar importante. Así fue como el servicio del Templo solicitó no menos de 288 músicos tocando diversos instrumentos, principalmente de cuerda y de viento.
La literatura talmúdica incluso asimiló la magrefa (Tamud, Cap. V, Mishnah VI) al ancestro del órgano. Este instrumento, a veces descrito como una especie de flauta de Pan ou un hydraulis romano (órgano de tubos), habría estado constituido por una caja incluyendo 10 cañas vacías teniendo cada una 10 huecos, correspondiendo a 10 notas distintas (o sea ciento notas en total). Este instrumento habría sido usado para llamar a los sacerdotes y a los Levitas, para que realizaran sus tareas, su sonoridad siendo tan potente que se podía escuchar hasta Jericó (¡!). Este relato, más simbólico que científico, actualmente se pone en duda por muchos musicólogos, para ellos la magrefa sólo hubiera sido un utensilio (¿un rastrillo o una pala ?) tirado al suelo después de la limpieza del altar del Templo para que los cantantes retomaran su servicio.[3]Batja Bayer, Encyclopaedia Judaïca, vol. 12, p. 566. Ver también el artículo « The Musical Magrepha of the Temple » en la página web … Lire la suite
La destrucción del segundo Templo en el año 70 después de J. C. y el auge de la sinagoga marcaron la prohibición de cualquier práctica instrumental en el culto. Sólo el uso del shofar[4]Cuerno de carnero en el que se sopla. aún se aceptaba en la sinagoga, y en particular durante las festividades de Rosh Hashaná y Yom Kippur. Es verdad que antes de ser considerado como un instrumento de música, el shofar era una referencia simbólica del sacrificio de Isaac y de la alianza de Dios con los hijos de Abraham.
Sin embargo, en la práctica, las costumbres musicales eran más flexibles: dependían del enfoque más o menos amable de las autoridades rabínicas locales. Así que la música a menudo se promovía durante algunas festividades, como el carnaval judío de Purim, las bodas y las circuncisiones. En el siglo XII, Petayah de Regensbourg de visita en Bagdad incluso constató que se cantaban algunos salmos durante los días medio festivos con acompañamiento instrumental (Itinerarios, ed. Principios, 2ro). En el siglo XIII, el Provenzal Menahem Me’irî informó que los Judíos españoles establecidos en Perpiñán solían practicar música instrumental profana, incluso el día de Shabat (Magen abôt, ed. I. Last, cap. 10). ¡Y sin embargo esa comunidad era de obediencia estrictamente ortodoxa ya que sus miembros se reivindicaban del gran talmudista, exégeta y teólogo cabalista Nahmánides (1195-1270)!
En Italia del Norte, el fortalecimiento de la segregación debido a la Contrarreforma de mediados del siglo XVI llevó muchos músicos judíos profesionales a ejercer su profesión dentro del gueto y de las sinagogas. A pesar de la oposición de algunas autoridades rabínicas, ese movimiento se amplificó durante la primera mitad del siglo XVII bajo el impulso del rabino y músico Léon de Modène (1571-1648). En 1605, ese rabino “aprendiz de todo” – ¡que afirmaba haber ejercido no menos de veintiséis profesiones distintas a lo largo de su carrera! – introdujo en la sinagoga de la comunidad de Ferrare una práctica coral con ocasión de algunos Shabat y festividades. Entre 1628 y 1639, dirigió en Venecia las actividades de una asociación musical judía llamada Accademia degli impedeti y luego Compagnia dei Musici. Según algunos testimonios, esa asociación era capaz de movilizar dos coros e instrumentistas – incluyendo un órgano – para preparar la festividad de Simjat Torá.[5]Cf. Hervé Roten, Musiques liturgiques juives : parcours et escales, Coll. Musiques du monde, Cité de la Musique / Actes Sud, 1998, p. 60
También en el siglo XVII, pero en Praga esta vez, los cantantes de la oración Barukh she-Amar (Mezammerei Barukh she-Amar) tocaban música instrumental cada viernes por la tarde en la sinagoga. Abraham Levi de Amsterdam, de paso por Praga entre 1719 y 1724, constató que “los cantores usan también órganos, címbalos, clavicémbalos e [instrumentos de] cuerda cada viernes para acoger el Sabbath; cantan no sólo Lekhah dodi con esos instrumentos, sino también siguen a continuación tocando y cantando un popurrí de hermosas melodías durante más de una hora entera”. Prácticas similares también ocurrían regularmente en las sinagogas de Fráncfort, Nikolsburg y muchas otras ciudades.[6]Hervé Roten, ibidem, p. 57.
Esas ideas reformistas llevaron a la notación de las primeras colecciones de música sinagogal a mediados del siglo XVIII. En 1744, Juda Elias de Hanovre redactó el primer manuscrito de música anotado por un cantor ashkenazí. ¡Seguirá Aaron Beer (1738-1821) con su manuscrito de 1765 que contiene más de 447 melodías de oración de las festividades! La mayor parte son composiciones propias de Aaron Beer o de sus contemporáneos, a menudo malas imitaciones de estilo instrumental del siglo XVIII, en las que sólo encontramos muy pocas huellas de las modas tradicionales asquenazíes.[7]Hervé Roten, ibidem, p. 68.
Esa asimilación de una parte de la música judía a la música culta occidental también tuvo lugar en la comunidad sefardí de Amsterdam a lo largo del siglo XVIII. Pero se limitó a algunas obras de circunstancias: obras corales y cantatas destinadas a sabbat particulares (Sabbat nahamou, Sabbat bereshit, etc.) y a festividades como Sucot (Pentecostés) o Simjat Torá.
II. La reforma del culto en el siglo XIX
La idea de un judaísmo integrado a la sociedad de su época empezó en Alemania con Moses Mendelssohn (1729–1786), dirigente de la Haskalá (movimiento judío de la Ilustración), que estableció las bases de lo que se convertirá más tarde en el judaísmo reformista.
Traductor de la Biblia al alemán, alentó a sus discípulos a actualizar la educación religiosa y a estudiar las asignaturas profanas. Fe y razón, sus señas de identidad, abrieron el camino de la Ciencia del judaísmo (Wissenschaft des Judentums) que cobró forma a principios del siglo XIX en Alemania, con Leopold Zunz (1794–1886) que fue una de las figuras principales.
En esa misma época, unos dirigentes laicos como Israël Jacobson (1768–1828) expresaron su voluntad de actualizar el culto sinagogal: liturgia simplificada, introducción del órgano, recitación de oraciones en alemán y sermones incluyendo enseñanzas morales. Así, en 1801, Israël Jacobson fundó en Seesen, en Sajonia, una escuela donde 40 niños judíos y 40 niños cristianos estudiaron juntos. Luego, a partir del 1810, la comunidad judía de Seesen fue la primera en introducir el uso regular del órgano en su servicio religioso. Las comunidades de Kassel, Berlín (1815) y luego de Hamburgo (1818) siguieron su ejemplo.
- Ej.musical 1: Vor Dir, o Gott (Devant toi, ô Dieu) – Himno comunitario (fragmento)[8]Los ejemplos musicales 1 y 2 son fragmentos del CD Die Musiktradition der Jüdischen Reform-Gemeinde zu Berlin (The musical tradition of the Jewish Reform Congregation in Berlin), Tel Aviv, Israel, … Lire la suite
Esa oración de la sinagoga reformista de Berlín se cantó en alemán con la melodía de un coral de Georg Neumark (1621 – 1681) durante el oficio de la mañana de Rosh Hashaná. El preludio de órgano se basó en la oración Untane tokef de Louis Lewandowski.
- Ej.musical 2: Sh’ma Yisrael (fragmento)
Música tradicional de Yom Kippur grabada en la sinagoga reformista de Berlín el 14 de diciembre de 1929. Arreglo: J. Stern. Solista: Joseph Schmidt (tenor).
La conclusión musical en el órgano se basó en la oración Seou shearim de Louis Lewandowski.
Ese culto reformista generó una viva polémica con los elementos más ortodoxos de la comunidad judía, que, con el apoyo de las autoridades rabínicas de Alemania, de Polonia, de Francia, de Italia, de Bohemia y Moravia y de Hungría, publicaron en 1819 en Hamburgo un libro titulado Ele diverei ha-Berith (Aquí están las palabras de la Alianza) llamando a resistir a la “nueva religión”.
El frontispicio de este libro anuncia claramente su objetivo:
Está prohibido:
– cambiar el texto de las oraciones en uso en Israel, desde el inicio de las de la mañana hasta ‘Aleinu y con mayor razón proceder a supresiones.
– rezar en otro idioma que en hebreo, cada libro de oraciones que fue impreso de otro modo que de acuerdo con la tradición y según nuestras costumbres se considera inadecuado para el uso y no puede servir para la oración
– usar en las sinagogas instrumentos de música, como el órgano, durante el Shabat y los días festivos, incluso si es un no Judío que toca[9]Cf. Jacques Kohn, Orgue et bima (http://judaisme.sdv.fr/perso/jackohn/orgue.htm).
A pesar de esa oposición, ese “servicio ordenado” (geordneter Gottesdienst) se extendió a lo largo del siglo XIX en muchas comunidades de Europa del Oeste y otros centros judíos, especialmente en los Estados Unidos. Su extensión fue en gran medida facilitada por la acción de algunos cantores y músicos talentosos como Israël Lovy (1773-1832) en París, o Maier Kohn (1802-1875) en Múnich. Israël Lovy será el primer hazán (cantor) en introducir el canto coral a cuatro voces en la nueva sinagoga consistorial de la calle Notre-Dame de Nazareth (París)[10]La música de Lovy mezcla el antiguo estilo de los meshorerim (dúo vocal bajo – soprano chico acompañando al hazán) con el estilo coral de la ópera cómica. Maier Kohn, por su parte, ofrece … Lire la suite. Entre los cantores más conocidos de la nueva oficina sinagogal, se cuentan también Salomon Sulzer en Viena (a partir del 1826), Hirsch Weintraub en Koenigsberg (1838), Louis Lewandowski en Berlín (1840) o también Samuel Naumbourg en París (1845). Esos distintos cantores compusieron melodías de oraciones en el estilo tonal más puro, al mismo tiempo no rechazaban los antiguos cantos sinagogales que se esforzaban en armonizar. Para ello, recogieron muchas melodías tradicionales a fin de añadir un arreglo coral o instrumental.
La nueva oficina sinagogal también influenció la jazanut de Europa del Este. Algunos cantores, como Osias Abrass, Jacob Bachmann, Nissan Blumental, Wolf Shestapol, Spitzburg y aún más, vinieron a estudiar a Viena jutno a Sultzer, o fueron inspirados por su concepción de la música. Sin embargo, será necesario esperar hasta el año 1901 para que el primer órgano – símbolo del judaísmo reformista – resuene en la sinagoga de Odesa (Rusia).
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Ej. musical 3: Kadish de Musaf – Salomon Sulzer (1804-1890) (fragmento)[11]CD Das Lied der Lieder – Festtags gesange des Wiener Statdtempels, ORF Studio Vienne 3/W09-610, 1993
Esta pieza fue interpretada por Shmuel Barzilai y el Tempelchor des Wiener Stadttempels bajo la dirección de Lev Vernik; acompañamiento al órgano: Raymond Goldstein.
III. Polémica sobre la introducción del órgano en las sinagogas de Francia
En Francia, la introducción del órgano en el culto público fue también muy gradual. Primero se usó el instrumento para las ceremonias oficiales. Así que, en 1806, el templo parisino de la calle Saint-Avoye celebró el cumpleaños de Napoleón I. Acompañado por un coro, el rabino Abraham Andrade cantó un himno en honor del Emperador, luego la orquesta tocó una sinfonía de Haydn[12]Hervé Roten, Les traditions musicales judéo-portugaises en France, Paris, Maisonneuve & Larose, 2000, p. 37.. El 15 de agosto de 1809, se celebró de nuevo el cumpleaños del Emperador en el templo. Un hazán sefardí, llamado Dacosta, se encargó de la organización musical, que preveía el servicio de un cantante, no hazán, Abraham Brandoni, monaguillos, acompañados con dos arpas añadidas a un pianoforte (¿podría ser un antepasado del armonio ?)[13]Gérard Ganvert, La musique synagogale à Paris à l’époque du premier temple consistorial (1822-1874), tesis doctoral de posgrado, Universidad París IV Sorbona – U.E.R. de Musicología, 1984, … Lire la suite
En Burdeos, algunos testimonios certificaron el uso de un armonio mucho antes de su establecimiento definitivo en la nueva sinagoga inaugurada en 1882. Entonces, se celebró la fiesta del rey Luis Felipe el 1 de mayo de 1833 por un Te Deum con un acompañamiento al “órgano”. La ceremonia de la reapertura de la sinagoga de la calle Causserouge (cerrada por obras), en 1843, hizo intervenir el “órgano” de un tal M. Dellile que era, según el Consistorio: “uno de los organistas más hábiles de la ciudad”. Una carta del 11 de diciembre de 1855 pidió que la boda de la hija del Gran Rabí Marx se celebrara “con gran pompa”, lo que permitiría un “piano órgano” (es decir un armonio) acompañando “los coros que se deben cantar en esta ocasión”.[14]Julien Grassen-Barbe, La musique synagogale bordelaise au XIXe siècle, op.cit., p. 54-59.
En París, la sinagoga asquenazí de la calle Notre-Dame de Nazareth usaba el piano o el órgano durante algunas ceremonias, como la iniciación religiosa, un rito instaurado en 1842 a imagen de la comunión solemne cristiana. Se celebró la boda de la propia hija del Gran Rabí Marchand Ennery en 1846 a los sonidos del órgano.[15]Cf. Dominique Jarassé, La synagogue de la rue Notre-Dame de Nazareth, lieu de construction d’une culture juive parisienne et d’un regard sur les Juifs … Lire la suite
En la Capital, el debate sobre la introducción del órgano en las sinagogas se volvía intenso desde 1844, fecha en la que los miembros laicos del Consistorio de París pidieron permiso al Gran Rabí Isidor para usar un órgano expresivo para una ceremonia de iniciación durante la cual muchachas cantaron un himno. Éste rechazó la idea, diciendo que “aunque no exista texto formal en contra de la introducción de ese instrumento en el templo, cree que debe oponerse formalmente, ya que ese uso se acerca a los de los cultos que no son israelitas…”[16]Libro de actas de las Sesiones del Consistorio de París, (signatura AA3 de los Archivos Consistoriales, sesión del ? de marzo de 1844, pp. 216-217. Citado por Gérard Ganvert, La musique synagogale … Lire la suite
El Consistorio Central, solicitado para resolver ese conflicto, aplazó la ceremonia de unos meses y prometió que tomara una decisión a ese respecto. Pero el debate ya había empezado, y a partir del 1851, el Consistorio de París decidió instalar un órgano en la sinagoga de la calle Notre-Dame-de-Nazareth, en proceso de reconstrucción. Al mismo tiempo los Judíos portugueses de la capital construyeron un nuevo templo en el 23 de la calle Lamartine, en el cual querían también instalar un órgano, situado detrás del coro.
Y fue con ese instrumento[17]Según Maurice Bourge, (Revue et Gazette Musicale de Paris, n° 46, 1854, p. 367-368), se trata de un órgano espléndido de ocho registros y con dos teclados, construido por la maison Ducroquet en … Lire la suite que se inauguró el 4 de junio de 1851 la primera sinagoga consistorial con la presencia de un órgano.
“La ceremonia comenzó con el transporte de los Sepharim al Hechal (…) Durante esta procesión, se escuchaba un solo de órgano. (…) Se podía notar en el desfile de los Sepharim, los ministros oficiantes del templo del rito asquenazí que se habían unido al coro. (…) Luego salieron cinco Sepharim; esa extracción fue acompañada con un solo de órgano.”[18]Les Archives Israélites, volumen XII, 1851, p. 310-311.
Podemos notar que a este respecto los sefardíes portugueses se mostraron en general más abiertos a la reforma que los rabinos asquenazíes. Eso probablemente tiene mucho que ver por el hecho de que los Judíos portugueses se habían integrado mucho mejor respecto a sus correligionarios de Alsacia Lorena.
En su ínforme del Univers israélite de octubre de 1855, S. Bloch relató:
“En el Templo del rito portugués, todo pasó como de costumbre, es decir con dignidad y una gran pompa. Se tocó el órgano durante la festividad de Rosh Hashaná, pero se paró le día de Kippur, porque incluso sus partidarios más firmes no hubieran querido añadir a la maravillosa oración de Kol Nidre (…).”[19]S. Bloch, L’Univers israélite, n° 2 – octubre de 1855, pp. 54-56
En diciembre de 1855, añadió la precisión siguiente: “Tocamos el órgano el Viernes por la noche, el sábado y durante las grandes festividades en el Templo portugués pero no es el caso en Notre-Dame de Nazareth.”[20]S. Bloch, L’Univers israélite, n° 4 – diciembre de 1855, pp. 263-264
Prueba de esa integración del órgano en el culto público portugués, Emile Jonas, director de música del templo de la calle Lamartine, publicó en 1854 un libro titulado Shirot Yiserael, Colección de los cantos hebreos antiguos y modernos, tocados en el Templo de rito portugués de París incluyendo 39 cantos litúrgicos con un acompañamiento al órgano.
- Ej. Musical 4: Tehilat – Emile Jonas (1827-1905)[21]Fragmento del CD Jacques Offenbach et ses proches – de la synagogue à l’opéra, Ed del IEMJ, 2019.
Los templos de la calle Lamartine (1851) Notre-Dame-de-Nazareth (1852), la Victoire (1874) y Buffault (1877) así fueron las cuatro primeras sinagogas parisinas en poseer un órgano[22]La sinagoga de la Victoire posee un órgano Orgue Merklin (1875) que consta de dos teclados de 56 notas et un pedalier de 30 notas, restaurado en 1960 por la Maison Gutschenritter. La sinagoga de la … Lire la suite. En 1882, Burdeos también instaló un órgano cuando se construyó su nuevo templo.
En Alsacia Lorena, alto lugar de establecimiento judío, la situación se contrastaba más. Según Claude Heymann, “Los cantores alsacianos de mediados del siglo XIX poseían nociones musicales, pero casi no fueron al conservatorio. (…) Aunque los Judíos alsacianos estaban, en general, muy encariñados con las melodías de las oraciones o nigunim que oían en la sinagoga y que los vendedores ambulantes cantaban todo el año durante sus largos desplazamientos, preferían sin duda el fervor espontáneo de un shaliah tsibbour (representante de la comunidad) guiando el canto a creyentes más que un tenor que transformaría la sinagoga en ópera. Nada es más característico que la indignación de uno de los personajes del novelista Léon Cahun (1841-1900) que exclama: “Parece que en Fráncfort y en París se construyeron sinagogas con órganos, y que los monaguillos cantan allí. ¡Órganos !¡ Órganos! ¡Por qué no una iglesia y la misa ahora mismo! ¡Ahí está la idolatría de los nuevos tiempos!”[23]Heymann Claude, Vie communautaire, spiritualité et musique dans la campagne alsacienne. Le rôle des chantres, Archives juives 2002/1 – N° 35, p. 131.
Entre los firmes oponentes al órgano, podemos citar el Gran Rabí Salomon Klein de Colmar (1814-1867) que se opuso firmemente a la introducción del órgano en el culto público durante la conferencia de los grandes rabinos franceses de 1856[24]Cf. http://judaisme.sdv.fr/histoire/rabbins/sklein.htm. Podemos resumir sus argumentos de la manera siguiente:
– Tocar música durante Shabat, incluso tocada por un no Judío, es un “trabajo” (chevouth) prohibido. Esta prohibición está formulada de manera clara por Rambam/Maïmonide (Hilkhoth Chabbath 23, 4) y por el Choul‘han ‘aroukh (Ora‘h ‘hayyim 338 et 339).
– Recordamos que existe desde la destrucción del Templo de Jerusalén una prohibición del uso de los instrumentos de música, con la única excepción de las ceremonias de boda (Choul‘han ‘aroukh Ora‘h ‘hayyim 560, 3).
– El uso del órgano en las sinagogas aún choca con otra prohibición, la de imitar las prácticas en honor de los No-Judíos (ולא תלכו בחקת הגוי אשר אני משלח מפניכם [Wayiqra 20, 23]).[25]Cf. Jacques Kohn, Órgano y bima, op. cit.
La posición de Salomon Klein fue vivamente combatida por Gerson-Levy, en su libro Orgue et pioutim, publicado en Metz en 1859. El subtítulo de esa recopilación es revelador: “Llamamiento al sentido común sobre estas dos cuestiones: ¿El órgano es antirreligioso? ¿La prosa rimada de la Edad Media posee un carácter de estabilidad en la sinagoga francesa?”Según Gerson-Levy, la antigua sinagoga era “un lugar donde cada uno era el maestro: ningún gusto, ninguna orden, ningún respeto, ninguna disciplina. El principal oficiante tenía ordinariamente una voz nasal cuyos trinos imitaban el relincho del caballo, con acompañamiento un basse-taille cuyo mérito consistía en imitar el gruñido de un animal odiado por los israelitas [un cerdo], y de un falsete discordante parecido a la voz agria y chillona de la muchacha; el público entero hacía coro con este trío, y ni uno conocía la gama.” El propio Gerson Lévy a pesar de todo confesa en la honestidad para concluir: “Nuestros padres lo encontraban hermoso, sobre todo cuando había fanfarria, muchos valses, muchas ariettes”. (p. 4) Pero luego hace hincapié en la necesidad de reformar el culto. “¡Escuchen! Reforma, según todos los diccionarios, es el restablecimiento de la antigua forma, el atrincheramiento de los abusos que la deformaron.” (p. 6)
Luego rechazó uno a uno los argumentos de los opositores al órgano:
“Según el diccionario de M. Marchand Ennery, el Ugab inventado por Yuval sólo sería un órgano » (sic). (…) Los reyes David y Salomón no temieron introducir 4.000 instrumentistas en la casa de Dios. (…) Estamos totalmente de acuerdo con la ausencia del órgano en el Templo de Salomón; no aparecía más que el saxhorn, el figle, el violín, el pararrayos, la iluminación de gas y el telégrafo eléctrico. ¿Sería culpa suya si aún no había nacido? El órgano no nació al mismo tiempo que el cristianismo. 135 años antes del nacimiento de Jesús, su principio ha sido desarrollado por un matemático de Alejandría, llamado Ctesibio.” (p. 8)
Otra objeción de la época: “¿Qué sentimiento religioso puede producir en un corazón israelita un instrumento tocado por un no israelita?” (p. 14)
A esa objeción, Gerson-Lévy alegó que “el Templo de Salomón, como muchas sinagogas, fueron construidas por no judíos. Lo mismo va para la impresión de obras religiosas por no judíos.” (p. 16)
En cuanto a la prohibición del uso del órgano durante el sábado, para Gerson-Levy, sólo se trata de una medida de precaución. “El instrumento podría fallar y sería necesario repararlo, lo que implica un trabajo prohibido los sábados. Pero ese caso es improbable, el organista no es guitarrero, y aun si se atreviera a repararlo, la asamblea de los fieles le recordaría el cumplimiento de la Ley.” (pp. 16-17).
Para terminar, Gerson-Levy concluyó: “No pretendo que el órgano sea indispensable para la sinagoga tampoco a la iglesia, pero sostengo que el rabino que quiere prohibirlo, con el pretexto de Huqat goyim (costumbre de los goyim NDLR), le miente a su conocimiento y a su conciencia…” (p. 17).
Finalmente, en el último tercio del siglo XIX, a excepción de Colmar, el órgano logró imponerse, en casi todas las grandes comunidades de Alsacia, y eso incluso para el shabat y las festividades. En las pequeñas comunidades, a excepción de Brumath, Benfeld y Sélestat, no se tocaba el órgano durante el shabat y los días de festividades.[26]Cf. Heymann Claude, Vie communautaire, spiritualité et musique dans la campagne alsacienne. Le rôle des chantres, Archives juives 2002/1 – N° 35, p. 133.
La práctica del órgano siguió a lo largo del siglo XX. En Metz, los cantores Jules Ptachek Salomon Binn (hazán de 1919 a 1953) y Albert Kirch (de 1950 a 1982) oficiaron durante varias décadas, acompañados del órgano. Salomon Binn garantizaba también la dirección del coro de la sinagoga de Metz. Max Rosenzweig (1902 – 1977) le sucedió entre 1934 y 1967 como director de coro y organista. Su hijo se acuerda que, en aquella época, “el Consistorio Israelita de Metz era evolucionado y flexible con los principios de ortodoxia. Así que, el coro, que hubiera debido estar compuesto únicamente de hombres como en Estrasburgo, aquí era, mixto, y acompañado, excepto en Yom Kippur, de un órgano. La restricción impuesta: el organista no debía ser judío… Los cantos de obediencia alemana eran casi clásicos y musicalmente hermosos.” (…) “El coro se acompañaba con el órgano de la Sinagoga por el Señor Marcel Mercier, profesor de piano en el Conservatorio de Música de Metz: incluso tocaba durante los Shabatoth y las fiestas, porque el Señor Mercier era cristiano. Otro organista cristiano, cuyo nombre no recuerdo, sustituía al Señor Mercier, cuando éste no podía tocar. A veces, era el dentista Sylvain Binn, hijo del hazán Salomon Binn, que acompañaba voluntariamente al coro con el órgano, durante la semana.”[27]Jean Jonathan Rosen, Max (Moché) ROSENZWEIG 1902 – 1977, Director del Coro sinagogal de Metz entre 1934 y 1967, http://judaisme.sdv.fr/histoire/rabbins/hazanim/rosenzw.htm
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Ej. musical 5: Enoch kehotsir de Louis Lewandowski por el coro de Metz[28]CD grabado por Albert Kirch, pista 12.
Hoy en día, el órgano de Metz, como muchos otros ya no está en uso. La tipografía judía cambió muchísimo a lo largo del siglo XX, especialmente con la deportación de un tercio de los Judíos de Francia y la llegada masiva de los Judíos del Maghreb en los años 1950-1960.
En mayo de 1968, los movimientos de protesta que ocurrieron en la sociedad francesa alcanzaron la sinagoga… pero en la dirección a una vuelta a una ortodoxia más importante. Un viernes, a mediados de mayo, unos estudiantes del Bne Akiba, un grupo sionista religioso dirigido por el rabino Paul Roitman, llegaron a la gran sinagoga parisina de la calle de la Victoire amenazando con romper el órgano si se usaba. Esa misma noche, los coristas, detenidos por una huelga en el metro, no pudieron llegar a la sinagoga. Las autoridades rabínicas, lideradas por el gran Rabí de París Meyer Jaïs, utilizaron ese acontecimiento para pedir el abandono del órgano y de los coros mixtos. El rabinato estuvo dividido; finalmente el órgano volvió en el culto, pero esta vez acompañando sólo a coros de hombres. Los coros mixtos fueron reducidos a las bodas antes de ser definitivamente prohibidos por el Gran Rabí Kaplan en noviembre de 1975.
Fue en esa misma época, en 1973, que cerró la única escuela de arte cantorial establecida en el Seminario israelita de la calle Vauquelin en París. Los alumnos cantores podían adquirir una cultura musical general (solfeo, técnica vocal, piano) acompañada de un aprendizaje de las oraciones en los dos principales ritos, asquenazí y sefardí (portugués).
Desde finales de los años 1970, una cierta forma de ortodoxia llegó y a excepción de las sinagogas liberales, de las bodas o ceremonias oficiales, ya no se toca mucho el órgano hoy en día en las sinagogas francesas.
Conclusión
Durante más de 150 años, el órgano fue el instrumento emblemático de la emancipación de los judíos. Su uso, más presente en las grandes aglomeraciones que en las pequeñas ciudades de provincia o en el campo, se adaptaba a la especialización de los nuevos templos consistoriales cuya grandeza y solemnidad debía señalar la regeneración del ciudadano francés de confesión judía. Hasta 1874, las autoridades consistoriales incluso intentaron fusionar los dos principales ritos, sefardí portugués y asquenazí, en un rito francés único, pero ese intento fracasó.
Esa concepción unitaria, a veces considerada como elitista, fue útil en su tiempo, porque permitió la integración de los Judíos dentro de la sociedad francesa. Pero hoy en día, frente a la liberación de los lugares de culto y a la vuelta a un judaísmo más ortodoxo, la mayor parte de los creyentes (excepto los afiliados a los movimientos liberales) reencontró el camino de las sinagogas o de los pequeños oratorios donde las voces cantan de nuevo a cappella.
Tres ejemplos de oraciones acompañadas con órgano, escritas por compositores judíos del siglo XIX
(Fragmentos del CD Jacques Offenbach et ses proches – de la synagogue à l’opéra, Ed del’IEMJ, 2019)
Ej. musical 6 : Mizmor lessodo (Ps. 100), Fromental Halévy (1799-1862)
Ej. musical 7 : Kedouschah de Moussaph, Jules Erlanger (1830-1895)
Ej. musical 8 : Ouvnou’ho yomar, Giacomo Meyerbeer (1791-1864), arreglo: Samuel Naumbourg
1 | http://judaisme.sdv.fr/histoire/rabbins/sklein.htm, Salomon (Schlôme) Wolf KLEIN, Gran Rabí de Colmar y del Alto Rin (1814 – 1867) por Paul KLEIN (Moché Catane), Fragmento del Bulletin de nos Communautés, 1955. |
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2 | Maimonide (1135-1204), cuya actitud rigurosa hacia la música fue a menudo observada, modulaba en su famoso responsum su oposición a la música en los términos siguientes: “Prohibición de cualquier práctica musical, vocal o instrumental, excepto para la oración (donde la música) ayuda y despierta el alma para la alegría y la tristeza” (ed. A.H. Freimann, n° 370) |
3 | Batja Bayer, Encyclopaedia Judaïca, vol. 12, p. 566. Ver también el artículo « The Musical Magrepha of the Temple » en la página web https://www.beishamikdashtopics.com/2014/10/the-musical-magrepha-of-temple.html |
4 | Cuerno de carnero en el que se sopla. |
5 | Cf. Hervé Roten, Musiques liturgiques juives : parcours et escales, Coll. Musiques du monde, Cité de la Musique / Actes Sud, 1998, p. 60 |
6 | Hervé Roten, ibidem, p. 57. |
7 | Hervé Roten, ibidem, p. 68. |
8 | Los ejemplos musicales 1 y 2 son fragmentos del CD Die Musiktradition der Jüdischen Reform-Gemeinde zu Berlin (The musical tradition of the Jewish Reform Congregation in Berlin), Tel Aviv, Israel, Beth Hatefutoth, ℗1997 |
9 | Cf. Jacques Kohn, Orgue et bima (http://judaisme.sdv.fr/perso/jackohn/orgue.htm). |
10 | La música de Lovy mezcla el antiguo estilo de los meshorerim (dúo vocal bajo – soprano chico acompañando al hazán) con el estilo coral de la ópera cómica. Maier Kohn, por su parte, ofrece y organizó en su colección Münchner Terzettgesänge (1839) un gran número de composiciones o arreglos armonizados con melodías sinagogales |
11 | CD Das Lied der Lieder – Festtags gesange des Wiener Statdtempels, ORF Studio Vienne 3/W09-610, 1993 |
12 | Hervé Roten, Les traditions musicales judéo-portugaises en France, Paris, Maisonneuve & Larose, 2000, p. 37. |
13 | Gérard Ganvert, La musique synagogale à Paris à l’époque du premier temple consistorial (1822-1874), tesis doctoral de posgrado, Universidad París IV Sorbona – U.E.R. de Musicología, 1984, p. 62. |
14 | Julien Grassen-Barbe, La musique synagogale bordelaise au XIXe siècle, op.cit., p. 54-59. |
15 | Cf. Dominique Jarassé, La synagogue de la rue Notre-Dame de Nazareth, lieu de construction d’une culture juive parisienne et d’un regard sur les Juifs (https://www.cairn.info/revue-romantisme-2004-3-page-43.htm). |
16 | Libro de actas de las Sesiones del Consistorio de París, (signatura AA3 de los Archivos Consistoriales, sesión del ? de marzo de 1844, pp. 216-217. Citado por Gérard Ganvert, La musique synagogale à Paris à l’époque du premier temple consistorial (1822-1874), op.cit., p. 76. |
17 | Según Maurice Bourge, (Revue et Gazette Musicale de Paris, n° 46, 1854, p. 367-368), se trata de un órgano espléndido de ocho registros y con dos teclados, construido por la maison Ducroquet en las proporciones conformes a la superficie del santuario, más elegante que amplio.” |
18 | Les Archives Israélites, volumen XII, 1851, p. 310-311. |
19 | S. Bloch, L’Univers israélite, n° 2 – octubre de 1855, pp. 54-56 |
20 | S. Bloch, L’Univers israélite, n° 4 – diciembre de 1855, pp. 263-264 |
21 | Fragmento del CD Jacques Offenbach et ses proches – de la synagogue à l’opéra, Ed del IEMJ, 2019. |
22 | La sinagoga de la Victoire posee un órgano Orgue Merklin (1875) que consta de dos teclados de 56 notas et un pedalier de 30 notas, restaurado en 1960 por la Maison Gutschenritter. La sinagoga de la calle Buffault también posee un órgano del mismo tamaño, restaurado por el mismo fabricante de órganos en 1985. |
23 | Heymann Claude, Vie communautaire, spiritualité et musique dans la campagne alsacienne. Le rôle des chantres, Archives juives 2002/1 – N° 35, p. 131. |
24 | Cf. http://judaisme.sdv.fr/histoire/rabbins/sklein.htm |
25 | Cf. Jacques Kohn, Órgano y bima, op. cit. |
26 | Cf. Heymann Claude, Vie communautaire, spiritualité et musique dans la campagne alsacienne. Le rôle des chantres, Archives juives 2002/1 – N° 35, p. 133. |
27 | Jean Jonathan Rosen, Max (Moché) ROSENZWEIG 1902 – 1977, Director del Coro sinagogal de Metz entre 1934 y 1967, http://judaisme.sdv.fr/histoire/rabbins/hazanim/rosenzw.htm |
28 | CD grabado por Albert Kirch, pista 12. |