Salmos y salmodia

por Hervé Roten

Tradicionalmente atribuidos al rey David, los 150 textos poéticos que componen el libro de los Salmos tienen un origen más incierto: probablemente se trataría de una colección de poemas escritos durante los 4 o 5 siglos posteriores al reinado de David [1]La redacción de los salmos se establecería entre el año 1000 a.C. y el 538 a.C., que marca el final del exilio babilónico. Es imposible dar una fecha precisa para los salmos individuales. Sólo … Lire la suite.

Originalmente, la Biblia hebrea no da ningún nombre específico a esta compilación de 150 salmos de 2.527 versos. Pero la literatura rabínica posterior va a llamar a esta colección Sefer Tehilim, que literalmente significa “Libro de Alabanzas”.

El nombre de “Libro de los Salmos“, generalmente aceptado hoy, proviene de una traducción literal del griego Biblios Psalmôn y del latín Liber Psalmorum. En griego, Psalmos hace referencia a una melodía que se toca con un instrumento de cuerdas llamado salterio, de la familia organológica de las cítaras. Según André Chouraqui, estas traducciones han “dado al contenido de la selección [de los salmos NDLR] un nombre evocando la manera cuyos sus elementos pueden ser cantados, más que la naturaleza de los elementos mismos”. El hebreo, el, dice Tehilîm, palabra derivada de la raíz hll, alabar… para designar poemas orientados a la alabanza de Yahvé”  [2]CHOURAQUI André, La Bible, Ed. Desclée de Brouwer, 1989, p. 1115..

Hay que señalar que la numeración de los salmos no es la misma en la Septuaginta [3]Primer traducción de la Biblia hecha en griego probablemente sobre el siglo III antes la era cristiana. y en la Vulgata [4]Traducción de la Biblia en latín por San Jerónimo y adoptado por el concilio de Treinta durante el siglo XVI. que en el texto masorético, aunque tenemos el mismo número de es 150 salmos.

Salmos y salmodia en los Templos
Como señala André Chouraqui, no se pueden concebir los salmos sin la música que los acompaña. En los periodos del Primer y del Segundo Templo, la música tenia un papel importante en el desarrollo del culto [5]Ver las numerosas descripciones sobre el culto del Templo en los libros históricos de la Biblia (Cronica I y II, EzraNéhémie)..

En el siglo I de nuestra era, la Mishnah [6]La Mishnah es una selección de sentencias y de legislación de los sabios talmúdicos llamados Tanaim. describe la orquesta del Templo como siendo compuesta por un mínimo de 12 instrumentos, principalmente de cuerdas (2 nevelim, 9 kinnorot y 1 mesiltayim), y 12 cantantes se anaden a estos (Mishnah, Arakin, II, 3-6).

La parte musical del culto, vocal e instrumental, está tradicionalmente vinculada a la ofrenda de los sacrificios. Y los salmos están ampliamente representados (salmos de acciones de gracias o penitenciales). Muchos salmos invitan a los fieles a cantar al Señor (salmos 33, 66, 81, 84, 92, 95, 96, 98, etc.).

La división bipartita o tripartita del verso en la poesía bíblica, deja ademas sugerir en la ejecución musical el uso a la forma antifonal (alternancia de dos coros) y responsorial (respuesta de los fieles al Sumo Sacerdote)  La participación del pueblo en el culto, o la ejecución alternada de dos coros, parecen estar implícita por el uso de estribillos breves, como en el Salmo 136, y por otras indicaciones (el Aleluya, el Amén, etc.).

Algunos comienzos de salmos contienen indicaciones musicales cuyo significado a veces resulta misterioso: así, el comienzo del salmo 6, Lamenatseah’ al ha-sheminit, significa literalmente “Al cantor principal en la octava”. ¿Se refiere esta “octava” a un instrumento de ocho cuerdas o indica que la pieza se canta en el modo de la octava? ¿Está la melodía doblada a la octava como lo sugieren algunas traducciones atrevidas? Así, encontramos en los salmos muchas palabras que son literalmente intraducibles, y que pueden contener indicaciones musicales; según el musicólogo Israel Adler, “el oscuro término selah parece indicar el lugar preciso de una ‘entrada’ (¿interludio instrumental? ¿Respuesta coral?)”, una interpretación que, sin embargo, es discutida por algunos estudiosos.

La música vocal e instrumental de los salmos que resonaba en los Templos se extinguió con su destrucción. Y nadie puede pretender seriamente hoy en día que sabe cómo sonaba, ¡por falta de notación musical! Pero la lectura vocalizada de los salmos, la salmodia, se transmitió a través de la institución sinagogal.

Salmos y salmodia en la sinagoga
En efecto, la sinagoga coexistió durante casi cinco siglos a lo lado del Templo, pero el culto que allí se celebraba era ciertamente muy diferente al de éste. De hecho, la sinagoga no es un templo, sino que suele ser el lugar donde los hombres se reúnen para escuchar la lectura de la Torá. El culto que se desarrollaba allí se basaba en esta lectura, punto de partida de los comentarios, y en el canto de salmos, completado con oraciones rezadas en común.

Más tarde, a partir del periodo talmúdico, el número de salmos utilizados en el culto público, en las ceremonias domésticas y en otras ocasiones creció constantemente, en gran parte como respuesta a la demanda popular. El libro de oraciones tradicional contiene ahora setenta salmos completos, y casi doscientos versos del salterio se han introducido en diversos pasajes litúrgicos.

Estos salmos se recitan de una manera particular llamada salmodia. La salmodia, al igual que la cantilación bíblica, se rige generalmente por el principio de dicotomía: cada frase se compone de dos partes separadas por acentos disyuntivos, el más fuerte de los cuales está al final. Esta puntuación, tanto textual como musical, se traduce melódicamente en una cantilación silábica, generalmente en torno a una, dos o tres notas, intercalada con una cadencia, a veces melismática. Como señala el musicólogo Israel Adler (1968, 475), “este proceso recuerda al uso de la cuerda de recitación (tenor) en el canto llano de la Iglesia”.

Un otro elemento característico de la cantilación o de la salmodia es el uso de fórmulas melódicas predeterminadas dentro de un modo, cuya función principal es regular la declamación del texto. Así, existe fórmulas iniciales y terminales, con carácter conjuntivo y disyuntivo. Este tipo de modalidad se sigue encontrando hoy en día en todas las comunidades judías, lo que atestigua su grado de antigüedad.

La notación musical de los salmos
Hasta el principio del siglo XIX, los salmos siempre han sido transmitidos de forma oral. Sólo en los dos últimos siglos se ha transcrito la música de los salmos. Encontramos sin embargo, más arriba del texto hebreo de los salmos la presencia de pequeños signos gráficos: los te’amim o acentos bíblicos, cuyo sistema se desarrolló entre los siglos VI y IX de la era cristiana.

Los te’amim son pequeños signos gráficos, colocados sobre o debajo de las palabras, que indican el lugar del acento tónico y permiten separar o enlazar las palabras. Hay te’amim conjuntivos (llamados siervos) y disyuntivos (llamados reyes). Los dos principales te’amim disyuntivos son el Sof pasuq y el Etnah’ta; se corresponden aproximadamente con el punto y la coma.

En una época agitada en la que la tradición oral se volvía frágil, los sistemas de te’amim ofrecían a los servidores de la sinagoga un medio mnemotécnico eficaz para trocear y recitar textos bíblicos desprovistos de toda puntuación. Signos de acentuación e interpuntuación, los te’amim no indican notas, intervalos o incluso modos, sino fórmulas melódicas cuyo contorno depende de la elección del modo. Así, la misma sucesión de te’amim se canta de forma diferente si se aplica al modo del Pentateuco, al de los Profetas o también al del rollo de Ester.

La elaboración del sistema de te’amim duró casi tres siglos. En primer lugar, coexistieron varias anotaciones. Pero al final, fue el sistema codificado en el siglo X por Aarón ben Asher en Tiberíades -y llamado por esto “sistema tiberiano”- el que se ha impuesto prácticamente en todas las comunidades judías. Sin embargo, debido a su complejidad, – ¡incluía nada menos que 29 signos diferentes! – no se aplicó rigurosamente en todas partes. Así, a pesar del papel interpretado por los te’amim en el mantenimiento de las tradiciones musicales, la cantilación bíblica de un mismo texto varía en mayor o menor medida de una comunidad a otra. Es innegable que todas las melodías tienen un parecido de familia que indica un origen común; pero con el paso del tiempo y las mutaciones que lo acompañan, han aparecido diferencias melódicas, a veces significativas.

De ahí que no exista una única música de salmos dentro del judaísmo, sino casi tantas como tradiciones y corrientes diferentes dentro del mismo.

Los salmos: un lugar de encuentro entre Judíos, Católicos y Protestantes
Pero si los salmos han alcanzado tal renombre en el mundo judeocristiano, es porque cristianos y judíos comparten los mismos textos fundacionales: las primeras asambleas cristianas, compuestas en gran parte por Judíos, continuaron rezando en la sinagoga y transpusieron así parte de la liturgia sinagogal al nuevo culto en formación. Los salmos, al igual que otras oraciones, se convirtieron en un pilar de la liturgia católica y, posteriormente, en el siglo XVI, de la protestante.

Como obra poética con tintes particularmente líricos, los salmos han sido una fuente de intensa inspiración para muchos compositores, ya sean judíos, como Salomone Rossi (hacia 1570-1630), católicos, como Claudio Monteverdi (1567-1643) y Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), o protestantes, (Loys Bourgeois, Clément Janequin, Claude Le Jeune, Claude Goudimel y Pascal de l’Estocart).

BIBLIOGRAFÍA BREVE
ADLER Israël, La pratique musicale savante dans quelques communautés juives en Europe aux XVIIème et XVIIIème siècles, Paris – La Haye, Mouton & Co, 1966, 2 vol.
AVENARY, Hanoch, “Music”, Encyclopaedia Judaïca, vol. 12, Jerusalem, Keter Publishing House, 1972, pp. 566-664.
CHOURAQUI André
• La Bible, Ed. Desclée de Brouwer, 1989, pp. 1115-1232.
• « Psaumes, Livre des », Dictionnaire encyclopédique du judaïsme, coll. Bouquins, éd. Cerf/Robert Laffont, 1996, pp. 831-832.
ROTEN Hervé
• Les traditions musicales judéo-portugaises en France, Paris, Maisonneuve &Larose, avril 2000, 282 p.
• Musiques liturgiques juives : parcours et escales, Coll. Musiques du monde, Cité de la Musique / Actes Sud, 1998, 167 p.

Escuchar la lista de reproducción: Les Psaumes [Los Salmos]

References
1 La redacción de los salmos se establecería entre el año 1000 a.C. y el 538 a.C., que marca el final del exilio babilónico. Es imposible dar una fecha precisa para los salmos individuales. Sólo el Salmo 137, en la medida en que se refiere al exilio de Babilonia, obedece a criterios precisos que permiten fechar su composición en el periodo postexílico.
2 CHOURAQUI André, La Bible, Ed. Desclée de Brouwer, 1989, p. 1115.
3 Primer traducción de la Biblia hecha en griego probablemente sobre el siglo III antes la era cristiana.
4 Traducción de la Biblia en latín por San Jerónimo y adoptado por el concilio de Treinta durante el siglo XVI.
5 Ver las numerosas descripciones sobre el culto del Templo en los libros históricos de la Biblia (Cronica I y II, EzraNéhémie).
6 La Mishnah es una selección de sentencias y de legislación de los sabios talmúdicos llamados Tanaim.

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