Sillamy, Jean-Claude (1932-2016)

Nacido el 24 de julio de 1932, en Argel en una familia de músicos – su padre Charles era director de una escuela de música – Desde su más tierna infancia, Jean-Claude Sillamy estuvo familiarizado con todas las obras de los grandes compositores.

A los nueve años, ya dirigía una pequeña orquesta sinfónica. Alumno, a los diez años, en clase superior de solfeo del Conservatorio de Argel, empezó en este mismo establecimiento estudios de armonía y recibió un primer premio de composición musical con la presentación de una obra para cuarteto de cuerdas.

Más tarde, interesándose en el futuro de ese joven músico particularmente talentoso, un mecenas le dará el dinero necesario para continuar sus estudios en París. Así fue como entró al Conservatorio Nacional Superior de Música de París, en el curso de contrapunto y fuga de Noël Gallon.

Al mismo tiempo, trabajó, durante tres años, en La Escuela Normal de Música de París, bajo la dirección de Alice Pelliot, antigua profesora de Darius Milhaud y de Arthur Honegger. Estudiará también la armonía y el canto coral en el Instituto Gregoriano bajo la dirección de Edouard Souberbielle.

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Mientras tanto, acabó sus estudios universitarios (se graduó en la universidad, especialidad psicología), y empezó a frecuentar los medios israelitas, en particular La Escuela Gilbert-Bloch de Orsay. Muy interesado por ese centro de estudios judíos, se puso a profundizar los estudios bíblicos. Lo que impresionó más Jean-Claude Sillamy, fueron los cantos tradicionales interpretados por estudiantes judíos originarios de diversas comunidades: África del Norte, Europa Central y Oriental, Asia…

Su curiosidad fue atraída por los signos extraños colocados por encima del texto bíblico. Tuvo la intuición de que se trataba de una vieja notación musical, capaz de restituir esa famosa música de la Antigüedad que pensábamos desaparecida para siempre. Presintió que estos cantos tradicionales eran anotados, por escrito con símbolos musicales antiguos, por encima o por debajo del texto de la Biblia. Este descubrimiento lo impactó mucho. ¿La Biblia sería un documento cantado y anotado? Tendríamos que descifrar e interpretar estos jeroglíficos, llamados en hebreo « Taamim » (Taam en singular).

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Fue entonces cuando empezó su carrera de musicólogo. Para conocer mejor los métodos de trabajo, se matriculó en el Instituto de Musicología de París y trabajó bajo la dirección de su eminente Maestro Jacques Chailley. Para demostrar el vínculo entre el canto gregoriano y el canto hebreo, trabajó en colaboración, y bajo la dirección de Solange Corbin, en el Instituto de Altos Estudios, en la Sorbona. Fue durante este período que estableció las tablas comparativas entre las Neumas latinas y los Taamim hebreos. Fue recibido en la Sociedad Francesa y en la Sociedad Internacional de Musicología.

Dotado de una grabadora, recorrió distintos países, grabando sin parar los cantos litúrgicos de muchas comunidades judías, cantos basados en los Taamim. Dedicará muchos años en este trabajo de análisis, de desciframiento y de interpretación de las cintas magnéticas. Se depositaron las cintas en la Fonoteca Nacional de París, y en la Universidad de Jerusalén, en el departamente de Musicología, que era dirigido por Israel Adler, en este momento.

Comparando las melodías entre sí, para reencontrar el tema original, formuló la hipótesis, tras un trabajo laborioso, de que gamas bien precisas eran la causa de estas melodías múltiples. Fue así como siguió paso a paso la historia de la música de los Hebreos, esclareciéndose de los datos de la Biblia, visitanso los mayores museos para encontrar los antiguos instrumentos que sirvieron para producir tal música, la que la Biblia dice que era « tierna y suave ».

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Basándose en los datos de la historia, de la musicología, de la arqueología, de la notárica, de la gematría, de la astronomía, de la acústica, midiendo los intervalos musicales en colaboración con el físico J. Sayag, reconstituyendo instrumentos de la época antigua, logró descubrir escalas sonoras utilizadas para la construcción de las melodías hebreas.

El análisis de los Taamim hebreos le reveló una técnica musical extremadamente elaborada durante el tiempo de los primeros Reyes de Israel qui consiste eb establecer une escala musicala en función y a partir de otra. Si la primera escala era diatónica y austera, la segunda, elaborada a partir de la primera, es cromática, es decir colorida, usando la segunda ampliación. Leyes rigurosas dirigirían así al nacimiento de las escalas conoras fundamentales y de las escalas sonoras complementarias.

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Según esta teoría, estas escalas musicales diversas: diatónicas, cromáticas, enarmónicas, cuando provienen de la misma gama fundamental, tienen la posibilidad de superponerse, lo que permite una polifonía sorprendente que aún podemos encontrar hoy en día cantada por las comunidades arcaicas judías de Yemen o de Túnez (Djerba).

Así, en contra de la opinión general que remonta el macimiento de la polifonía a la aparición de las grandes catedrales de la Edad Media, Jean-Claude Sillamy llegó a la conclusión que la polifonía fue empleada de manera extensiva en el Gran Templo de Jerusalén, y en particular en la época del Rey David. Esta armonía es muy distinta a nuestra armonía occidental basada en la tercera y en la función : tensión-distensión – dominante-tónica. Jean-Claude Sillamy se esforzó por buscar esa armonía, por eso dejando a un lado todos los conocimientos adquiridos en el Conservatorio.

Para él, todas las músicas del mundo, y sobre todo las músicas no temperadas, poseen virtualmente adentro sus propias armonías. Intentando reencontrar este lenguaje melódico y armónico de la Antigüedad, adaptándolo a nuestro sistema temperado occidental, Jean-Claude Sillamy compuso una música original.

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Esa música, que es el resultado de un compositor aislado, no puede insertarse en ninguno de los marcos tradicionales conocidos : música serial (Schönberg), música concreta (Pierre Schaeffer) … Deja la desagregación, el estallido de la melodía, para dar crédito a « la cantilena », el canto, esa expresión inmortal del alma humana.

Basándose en estas investigaciones, Jean-Claude Sillamy se dedicó al gran proyecto de dar un nuevo impulso y una nueva expresión al canto israelita. Así publicó distintos libros y estudios dedicados en particular a las músicas judías (Ensayo de reconstitución de la música de la Biblia, 1957 ; La música en el Antiguo Oriente (2 volúmenes), 1986 ; La música de las comunidades judías de África del Norte, 1987 ; un estudio sobre El principio de la modulación en el fragmento babilónico de Ur : U.7/80 (siglo XVIII siècle antes de Cristo) (a partir de un instrumento de la época no identificado : el « gis za mi »)).

Rodeado de sus familiares, falleció el 29 de julio de 2016 en Ajaccio.

Sus archivos, donados al Institut Européen des musiques Juives en noviemebre de 2016 por su viuda Lina Sillamy, incluyen unos 80 documentos (discos, grabaciones de campo, artículos, libros, fotos…) en su mayoría imposibles de encontrar hoy en día.

Consultar el artículo sobre el fondo Sillamy
Consultar los documentos del fonfo Sillamy

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